Esta boda en el Silo Bilbao fue un reflejo perfecto de los novios: viajeros, atrevidos y llenos de color. Su amor por el verano y la diversión nos inspiró para crear una celebración única, donde cada rincón transmitía energía y alegría. Para la ceremonia, diseñamos un gran sol como protagonista, simbolizando su pasión por el verano y los viajes.

 

La decoración estuvo llena de vida, con frutas y flores de colores, bolas de discoteca, neones y bombillas colgantes, creando una atmósfera vibrante y festiva. Con su espíritu aventurero y su amor por compartir momentos especiales, la diversión de los invitados fue clave.

 

Cada detalle estaba pensado para que disfrutaran al máximo, convirtiendo esta boda en una auténtica fiesta llena de luz, color y emoción.